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El Congreso Católicos y Vida Pública invita a la reflexión y a la acción de todos los católicos 

11/11/2024

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El Congreso Católicos y Vida Pública suele terminar con una reflexión en formato de manifiesto, pero para esta 26 edición, la Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación Universitaria San Pablo CEU, organizadores del Congreso, han hecho público hoy el manifiesto correspondiente a esta edición. Lo han compartido en un encuentro con periodistas, en el que también han presentado a sus Codirectores, José Masip, vicepresidente de la ACdP, y María San Gil, vicesecretaria general de la ACdP y directora del Observatorio CEU de Víctimas del Terrorismo.

‘Quo vadis. Pensar y actuar en tiempos de incertidumbre’ es el título elegido para la edición de este Congreso Católicos y Vida Pública, que se celebrará del 15 al 17 de noviembre en la Universidad CEU San Pablo. En su intervención, el codirector del Congreso, José Masip, ha recordado que este Congreso se concilió con el sueño de aglutinar a todos los movimientos y asociaciones católicas para poder actuar en común y dar testimonio de nuestra fe. “Nació para ser un foro de encuentro en el que fueran los movimientos y la sociedad quienes cogiesen protagonismo, no la ACdP”, ha explicado. Respecto a la temática del Congreso, ¿Quo Vadis?, ha señalado que es una pregunta que nos tenemos que hacer los cristianos, en primer lugar y, después, la sociedad. “Hay una pérdida de valores preocupante. No es dramático, pero los católicos debemos posicionarnos e intervenir en la vida pública más intensamente”, ha subrayado.

Por su parte, María San Gil ha sido la encargada de leer el citado manifiesto, en el que los organizadores del Congreso destacan que “si el relativismo está en el fondo, en la causa de la pérdida de referencias permanentes, el extremismo tampoco es la solución a los problemas de una sociedad que necesita cohesión y fundamentos. Si la crisis es de fundamentos, la solución de verdad estará en el fortalecimiento de estos, no en la búsqueda del extremo, y mucho menos en la insistencia del relativismo. Si la crisis está en la persona, la solución, de verdad, pasa por un cambio de actitud personal».

Por eso pide de los católicos “un redoblado esfuerzo en la defensa de sus fundamentos: la defensa de la vida, la familia, la cultura del esfuerzo, la dignidad y la naturaleza de la persona humana”. Este manifiesto termina con una llamada a la acción de los católicos para impulsar un conjunto de iniciativas, que contribuya a una “toma de conciencia de la gravedad de la situación, conscientes de hasta qué punto los fundamentos humanistas de nuestra civilización están siendo atacados en su raíz”.

El Manifiesto finaliza señalando que “la transformación de un catolicismo social, por lo general silencioso e irrelevante, en una minoría creativa – tal y como interpelaban tanto Benedicto XVI como Francisco- constituye un reto irrenunciable de la ACdP y de este Congreso. Es necesario insistir en esta tardea, sumando en la medida de lo posible a otros grupos y movimientos católicos que sientan la urgencia del momento histórico en el que nos hallamos”.

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