PRENSA

Sebastián Schuff: «Los organismos internacionales han dejado de responder a sus fines originales»

19/11/2023

El presidente de Global Center for Human Rights ha alertado de una deriva intervencionista que impone una agenda propia a gobiernos y estados. Madrid, 18 de noviembre de 2023. “Los organismos internacionales han pasado de ser la promesa de un mundo en paz, con el nacimiento de la ONU tras la II Guerra Mundial, a… Seguir leyendo Sebastián Schuff: «Los organismos internacionales han dejado de responder a sus fines originales»

El presidente de Global Center for Human Rights ha alertado de una deriva intervencionista que impone una agenda propia a gobiernos y estados.

Madrid, 18 de noviembre de 2023. “Los organismos internacionales han pasado de ser la promesa de un mundo en paz, con el nacimiento de la ONU tras la II Guerra Mundial, a convertirse en el organismo que dirige la ideología de las últimas décadas: el universalismo”. Así lo ha manifestado Sebastián Schuff, presidente del Global Center for Human Rights, en una conferencia celebrada en el 25 Congreso Católicos y Vida Pública.

Para Schuff, Naciones Unidas se ha rendido a la imposición de una ideología que ha definido como “universalismo”. “Muchos lo identifican con el globalismo, pero va más allá porque abarca, además de lo político, lo cultural y lo religioso, es la ideología de las élites dominantes, que quieren imponer su agenda a gobiernos y países”.

Schuff ha desvelado que sus orígenes “se hunden en el calvinismo, transformándolo en una religión que pretende imponer sus postulados, disfrazados de fraternidad universal”. Según ha explicado, “en esta nueva religión también existen pecados contra los que se lucha: como son la homofobia, la transfobia, la defensa de la vida desde la concepción hasta su fin natural o profesar la fe públicamente”.

El presidente del Global Center for Human Rights también ha alertado de que “el progresismo es una parte esencial de esta ideología, que contiene una visión lineal de la historia en la que los progresistas son los designados para hacer avanzar y otros encargados de revertir esos cambios, a los que se denomina reaccionarios”. En el seguimiento de estos postulados, Schuff ha colocado a personajes públicos como George Soros, Bill Gates, Joe Biden y Barak Obama.

Su ámbito de actuación, ha señalado, “se realiza a través de dos herramientas: la interpretación evolutiva y la resignificación de los conceptos y el lenguaje”. Mediante la primera se reinterpretan los principios, los preceptos y los derechos sobre los que se constituyó originalmente Naciones Unidas. Mediante la segunda se modifica el lenguaje para hacer más aceptables conceptos que generan rechazo, como el aborto, para vaciarlos de contenido y reformularlos de otra manera. “Es el caso de la llamada salud reproductiva, que no es ni salud, ni reproductiva, para esconder y amparar la realización de abortos”, ha explicado. A través de esta manera de actuar es como, ha denunciado, “se insertan en las legislaciones de los países las nuevas concepciones del mundo que se quieren imponer”.

La organización que preside trabaja en Naciones Unidas asesorando y alertando a representantes gubernamentales sobre esta deriva. Tras dibujar este panorama, Schuff ha lanzado un mensaje de esperanza al manifestar la resistencia en los países iberoamericanos: “Si América Latina empieza a devolver lo que recibió de España, hay esperanza para cambiar esta influencia”.

Cultura cristiana

Tras esta conferencia, se ha celebrado el Acto Cultural del Congreso, en el que han participado el escritor Enrique García-Máiquez; el cineasta José Luis López-Linares; y el profesor y escritor Alejandro Rodríguez de la Peña, conducidos por el economista Jorge Soley.

A lo largo de la charla entre los cuatro autores, se ha debatido acerca de la posibilidad de que exista una cultura cristiana en la actualidad. La primera de las cuestiones sobre la que se ha debatido es la necesidad de una presencia explicita de la fe en las obras artísticas para hablar de una cultura cristiana.

García-Máiquez ha referido que la propia Iglesia católica “tiene muchas moradas en las que caben todo tipo de estilos. Pero, ante una cultura dominante especialmente hostil, más explícita ha de ser la cultura católica”. Por su parte López-Linares ha manifestado que “en mis películas siempre he tratado de que el trasfondo sea católico, pero cada vez me estoy volviendo más apologético”. Finalmente, Rodríguez de la Peña ha selado que, en su obra literaria, desarrollada en la Europa medieval, “no es necesario explicitar la presencia cristiana ya que es suficientemente elocuente”.

Sobre la mesa se ha puesto también el tema del silenciamiento de los autores que muestran su fe. López-Linares ha destacado que está demostrado que los documentales de temática religiosa han tenido un buen desempeño en ámbitos que no suelen frecuentar “como las salas de cine, lo que demuestra que hay una sed por parte del público hacia temas en los que se muestre la fe”. Al mismo tiempo ha destacado que en la pasada edición de los Goya “los cuatro candidatos en la categoría de documental habían conseguido 4.000 espectadores; solo ‘Libres’ había llegado a 80.000 espectadores”. En este sentido García-Máiquez ha destacado que “como contraste con lo dominante -eminentemente nihilista-, ya hacemos un bien”.

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Sebastián Schuff Y Rafael Murillo

Sebastián Schuff

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